Es una residencia magnífica. Mi madre estuvo allí residiendo un tiempo, para recuperarse de un accidente, y la experiencia fue estupenda. Buenas personas, profesionales y un trato excelente.

Desde hace unos años ha pegado un bajón tremendo. Las instalaciones están bastante bien, amplias y adaptadas. Pero es lo único que conservan. En cuanto al personal se junta todo, la poca cualificación de los mismos, el ratio bajísimo, la escasa vocación y los continuos cambios y rotaciones de los trabajadores. Es imposible que puedan ofrecer unos cuidados personalizados y dignos. Las auxiliares andan todo el día a la carrera, se producen frecuentes descuidos, caídas y otras negligencias. El trato indignante, falta educación y profesionalidad. De la comida mejor hablamos en otro momento.