La familia en el cuidado de la persona mayor dependiente
Las sujeciones se dan en diferentes circunstancias, que deben ser tenidas en cuenta a la hora de juzgar si se trata de un uso más o menos racional. Así, hay diferencias entre:
– Utilizarlas en casa o en un centro.
– Que las utilicen familiares o profesionales.
– Que sean empleadas de forma limitada y poco restrictiva o de forma sistemática y sin reservas.
– Que se empleen por la necesidad del mayor o enfermo, o bien por la conveniencia de quien las impone o de un tercero.
– Que se utilicen por ignorancia o por disciplina.
¿Por qué suelen usarse las sujeciones?
Suele afirmarse que se usan para evitar accidentes a las personas con riesgo de caerse, extraviarse o acceder a algunos lugares u objetos peligrosos, o bien a los enfermos que tienen una conducta agresiva que puede suponer peligro para sí mismos o para terceros, pero la realidad es que frecuentemente también se usan por conveniencia los cuidadores.
En el caso de los enfermos de alzhéimer, los profesionales de los centros afirman muchas veces que se usan porque lo solicitan las familias. Esto es discutible, ya que las familias piden seguridad, y si entienden que no hay otra forma de garantizarla piden sujeciones. En la mayoría de los casos lo hacen sin conocer los efectos, sin saber que existen alternativas, y sin saber que los centros y sus profesionales deben ser capaces de garantizar la seguridad sin usar medidas restrictivas que afecten a la calidad de vida del enfermo y a sus capacidades. Es posible evitar riesgos con medidas distintas a las sujeciones.
Muchas veces es cuestión de que el personal asuma otras alternativas y se sienta respaldado por la actitud de la familia.
– Si los centros y sus profesionales temen denuncias de las familias por caídas u otros accidentes, proponen las sujeciones como medida de seguridad.
– Las residencias que no están adecuadas para dejar mover con seguridad a los pacientes, fuerzan a su personal a sujetar a esos residentes cuando no pueden vigilarles.
– Los centros que no cuentan con espacios físicos seguros, se ven abocados a usar más sujeciones.
– Las residencias que no garantizan la tolerancia de los trabajadores, de otros residentes y de las familias hacia el comportamiento crítico de algunos pacientes, son residencias susceptibles de usar más sujeciones.
En casa se usan también sujeciones físicas y químicas. En algunos casos, hipnóticos o inductores del sueño para garantizar por la noche el descanso necesario del enfermo y de los cuidadores. En enfermos con demencia, con problemas de conducta, se usan antipsicóticos u otros tranquilizantes para hacer soportable el día y evitar riesgos.
Las sujeciones físicas se usan más cuando los familiares no están en el domicilio. En cualquier caso, hay que usar de forma adecuada los fármacos y limitar al máximo las sujeciones físicas.
Según el personal médico de algunos hospitales, las sujeciones, tanto las físicas como las químicas, se utilizan para garantizar los tratamientos necesarios. En los centros hospitalarios se cuestiona menos este asunto, ya que la persona mayor o el enfermo de alzhéimer suele estar recibiendo tratamientos o controles que pretenden garantizar su supervivencia sin graves complicaciones, pero incluso en los hospitales pueden evitarse las sujeciones en muchos casos.
Fuente: Guía para personas mayores y familiares. Uso de sujeciones físicas y químicas con personas mayores y enfermos de Alzheimer. Programa “Desatar al anciano y al enfermo de Alzheimer”. Fundación Iberdrola y CEOMA.