Fortalecer su confianza y animarlo a caminar tras un accidente ¿Qué es el síndrome post-caída en el adulto mayor?
Como cualquier otro accidente, las caídas pueden ocurrir de manera inesperada. Y cuando se trata de adultos mayores, se requiere de mucha mayor atención.
Quizá sólo haya sido un resbalón o tal vez algo más serio relacionado con alguna fractura o incluso lesiones graves. Sin embargo, tras cualquier tipo de caída, es importante fomentar la independencia y la autoconfianza en el adulto para que vuelva a caminar.
No hacerlo puede ser fatal para su recuperación y, claramente, lo haría propenso a nuevos accidentes. ¿Cómo estar al pendiente de su cuidado y, al mismo tiempo, animarle a levantarse de nuevo?
SOBRE LAS CAÍDAS EN ADULTOS MAYORES
¿Sabías que las caídas ocupan cerca del 80% de la frecuencia de accidentes en los hogares de adultos mayores y 20% en centros de asistencia?
De este modo, un adulto mayor puede caerse…
• Tras algún mareo resultado de consumir determinados medicamentos.
• Por algún mueble o espacio mal iluminado dentro del lugar donde vive.
• Por no contar con el calzado, anteojos o prendas adecuadas.
• Por la debilidad en su cuerpo, propia de su edad y condiciones de salud.
• Al padecer enfermedades osteoarticulares (artritis, artrosis), cardiovasculares (hipertensión, insuficiencia renal) o neuropsiquiátricas (alzhéimer, demencia).
• Tras las secuelas de una caída anterior.
Es entonces que ocurre algo llamado ‘síndrome postcaída’, es decir, un miedo de la persona a volver a caerse, lo cual puede terminar en aislamiento y depresión.
¿QUÉ HACER CUANDO EL ADULTO SUFRE ESTE SÍNDROME?
1. Informarse. Las consecuencias de la inactividad tras una caída están ampliamente documentadas en diversas fuentes. Será importante hacerle llegar esa información al adulto y también aclarar sus dudas personales. El propio médico o fisioterapeuta que lo atendió por la caída puede encargarse de ello, así como indicar los ejercicios adecuados para su caso en particular.
2. Identificar los hábitos que tenía antes de la caída. Si el adulto solía salir al patio o caminar con sus compañeros, y dejó de hacerlo tras el accidente, esas actividades pueden servir como objetivos a lograr cuando el paciente vaya generando confianza en sí mismo.
3. Ejercicios de equilibrio. Esta clase de rutinas pueden ayudar tanto a recuperar la movilidad tras una caída como para evitar algún otro accidente. Son rápidos y fáciles de hacer. Algunos son tan sencillos como pararse en un pie, practicar tai chi o pararse de puntillas. Para una práctica más segura, el adulto puede apoyarse en un mueble firme.
4. Acompañamiento terapéutico. Un experto en la salud mental podría hablar con el adulto acerca de sus miedos y la forma adecuada de trabajarlos. No se trata de ignorarlos, sino de reconocerlos y saber cómo abordarlos.
5. Evitar otra caída. Para prevenir accidentes, será necesario poner atención al lugar donde vive el adulto y así saber qué puede mejorarse para su mayor protección (pasillos, iluminación, pisos). Lo mismo si utiliza lentes, ropa que pueda atorarse con objetos y hasta el calzado que utiliza.
6. Fortalecer sus redes de apoyo. Los seres queridos desempeñan un papel muy importante en el ánimo de los adultos. Quizá los nietos puedan ayudarle al impulsarlo a jugar con ellos y eso lo motive para querer levantarse y caminar. Lo más importante es no censurar su derecho a tener miedo. Al contrario, sentir empatía puede ser el primer paso, así que es preferible transmitirle confianza y que avance a su propio ritmo en vez de presionarlo o regañarlo.
UN EJEMPLO CLARO: FRACTURA DE CADERA
Tras una caída, las estructuras más lesionadas en el cuerpo de un adulto mayor suelen ser cadera (50%), cabeza y cara (24%), mano (10%), hombro (9%) y tobillo (9%).
En el caso de la cadera, podría ser necesaria una cirugía. Y tras la intervención, la rehabilitación del adulto mayor para la fractura de cadera consistiría en tres fases.
1. Primera fase (21 días). Tras el alta médica, se pretende disminuir las molestias de la cirugía, fomentar nuevos hábitos y trabajar para reeducar la marcha (mediante andadores, muletas, ejercicios de movilidad y pilates, entre otros).
2. Segunda fase (entre 21 y 40 días). Busca mejorar la movilidad articular (de 90 a 110 grados) y realizar la marcha correctamente con una muleta. Se trabaja con masajes, bandas elásticas y pesas ligeras en pies.
3. Tercera fase (de 6 meses a 1 año). Se centra en fortalecer y potenciar los músculos de la cadera. Entre los ejercicios recomendados, figuran la flexo-extensión de la rodilla, levantamientos de piernas e incluso la hidroterapia.
ESTIMULACIÓN PARA VOLVER A CAMINAR
Ciertamente, los adultos mayores corren un particular riesgo luego de sufrir algún tipo de caída. Y si bien pueden recuperar la salud y volver a caminar, a veces anímicamente no se sienten dispuestos.
Para evitar que el problema continúe, se requiere de mucha atención y paciencia para que la persona afronte sus miedos y retome su vida.
Con la debida ayuda y el trabajo en equipo de profesionales, médicos, cuidadores y seres queridos, el adulto mayor estará listo para volver a levantarse y seguir gozando de su plenitud.
JULIETA MACHUCA | RELACIONES PÚBLICAS DE THERAMART
1 Comentario

Me gusta el material informativo,desearía tener mas herramientas al respecto