Las personas mayores son una población de altísimo riesgo frente al coronavirus y más de 400.000 viven en residencias, donde el mayor grupo de personas ingresadas tienen una edad comprendida entre los 85 y 90 años. Además, es importante señalar que solo el 15% viven en habitaciones individuales lo que aumenta la facilidad de contagio.
Leer másSi pasar a vivir a una residencia es una transición vital para cualquier persona (independientemente de su orientación sexual), a día de hoy en el caso del colectivo LGBT plantea una serie de retos y fuente de ansiedad adicional.
Leer másLas habitaciones deben ordenarse, limpiarse y desinfectarse en base a las necesidades de los residentes. Esta tarea debe realizarse todos los días, tanto si poseen baño privado como si no.
Leer másLos datos disponibles confirman que mortalidad del virus aumenta con la edad. Se sabe que la franja de edad más en riesgo es la de los mayores de 80 años, con 14,8% defunciones por cada 100 infectados, seguida de la de los de entre 70 y 79 años, con un 8%. Con estas cifras hay que tener especial cuidado con este colectivo y extremar las precauciones en los centros gerontológicos.
Leer másEl objetivo principal de estas buenas prácticas es marcar un rumbo y señalar un camino enfocando las actuaciones hacia las personas, determinando un sistema de mejora continua de la calidad y la eficiencia en la atención que se presta en las residencias de mayores.
Leer másEl trabajo con las familias en la residencia se inicia previo al ingreso y se extiende durante el periodo de adaptación al centro (fase de atención) y termina con la finalización de la estancia en el centro.
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